Una de las películas que más ha dado que hablar en el recientemente finalizado Zinemaldia de Donostia y que ya podemos disfrutar en todos los cines, es la última cinta de Rodrigo Sorogoyen, El Reino. Y no es para menos, este retrato de la España corrupta juguetea con la realidad de tal manera que vemos a estos personajes ficticios como algunos reales que ya conocemos. Sin nombres de partidos o miembros reales que salgan a la luz, Sorogoyen nos transmite la idea de un sistema corrupto de principio a fin. Tener el poder para tener el dinero. Como diría Lester Freamon en The Wire, “sigue el dinero y no sabrás dónde te va a llevar”. A lo más profundo de las cloacas.
Manuel López Vidal, magistralmente interpretado por Antonio de la Torre, es el protagonista con el que vivimos en primera persona toda una trama corrupta que envuelve a todo su partido. En muchos planos, vemos como cámara al hombro, seguimos a este personaje en su caída e intento de supervivencia. Manuel es un político en una comunidad autónoma costera que vive a cuerpo de rey, chanchullos de por medio, hasta que todo comienza a estallar y compañeros son detenidos, salen filtraciones con audios a la prensa y acaba siendo traicionado por sus propios compañeros de partido. Sálvese quién pueda. En esa fase, Manuel intenta cubrirse consiguiendo documentos que hagan que si cae él caigan todos.
El dibujo que hace de esta sociedad española es tremendamente realista. Vemos una chusma de lo más casposa, un colegueo rancio de comentarios imbéciles, fiestas y comilonas, excursiones en yate que además refleja que esta panda de gangsters del tres al cuarto son unos ladrones sin escrúpulos, pero con la inteligencia justa que les aporta el dinero. Gente soberbia e hipócrita que sólo busca llenar su bolsillo
El ritmo de la película es frenético, la trama comienza a acelerarse continuamente, y con una banda sonora y un montaje de vértigo nos quedamos atrapados a la pantalla siguiendo sin parar las andanzas del personaje de Antonio de la Torre. Un thriller político sobre el funcionamiento criminal de los políticos corruptos en el sistema capitalista español. Mordidas, tráfico de influencias, malversación de fondos, estafas…
Destacable el papel de Bárbara Lennie que interpreta a una periodista que triunfa en la televisión nacional con un programa de actualidad. Un personaje frío, que sabe jugar con sus herramientas para conseguir destacar en su profesión.
La escena de la entrevista final entre la periodista y el político es magistral, llena de tensión, reproches, verdades y verdades a medias. Un duelo interpretativo entre Lennie y De la Torre que deja los pelos de punta. Un golpe en el estómago final que te deja con la cabeza dándote vueltas al salir de la sala.